Los Cachorros de Mario Vargas Llosa


El autor de esta historia es el peruano Mario Vargas Llosa. El inicio de su producción literaria coincidió con un boom editorial de los años 60, debido al prestigio que había adquirido la narrativa hispanoamericana en el panorama español. En sus narraciones utiliza el Perú contemporáneo como marco de todas sus historias y en sus obras se mezclan realidades brutales y experimentación formal, ya que utiliza un estilo narrativo original que quizás sorprenda en una primera lectura, pero al cual te acabas acostumbrando. Esta obra está redactada en estilo indirecto libre, estilo que se puso muy de moda entre los literatos hispanoamericanos primero y los españoles después. Nunca había leído una novela con estas características y quizás lo que más me ha sorprendido es que el autor no coloca ningún punto y aparte, solo paramos de leer cuando se acaba un capítulo; a veces también se hace difícil diferenciar quién es el personaje que dice cada cosa.

Los Cachorros, publicada en 1967, es una historia "sencilla" que me enganchó desde el primer momento. En pocas páginas se describe la evolución personal de un grupo de adolescentes y en especial la inadaptación del protagonista, Cuéllar, debido a un suceso trágico. Realmente es un relato que hay que leer. Es curioso que en apenas cien páginas transcurran unos veinticinco años de la vida de este grupo de jóvenes, y también es importante destacar que el lenguaje que emplean los personajes evoluciona a medida que lo hacen ellos, pudiendo el lector formarse una idea precisa de su personalidad. La historia nos permite apreciar la psicología masculina en distintos aspectos, como la tristeza, la burla, los complejos sufridos en una sociedad machista...

La narración aborda diferentes temas: el machismo y la violencia, la hipocresía, las apariencias, el fracaso, la frustración…, pero el mensaje que transmite esta obra es que no debemos rendirnos ante los obstáculos que aparezcan en nuestras vidas; al contrario, debemos aprender a vivir con ellos y afrontarlos.

Lucía Campos 2º BAC

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